Soñar, ya sea dormido o despierto, es proyectar nuestros deseos, aspiraciones, recuerdos, temores y ansiedades. Sin duda los sueños se construyen con todas esas partes de nosotros que, sin ser nosotros mismos, nos habitan. Estas dos obras literarias tienen eso en común: la materia inasible de que están hechos los sueños.